El pasado 3 de mayo el delegado de la Junta
de Comunidades de Castilla-La Mancha en Ciudad Real, Antonio Lucas-Torres (natural
de Campo de Criptana), anunció la creación de un grupo de
trabajo, constituido por historiadores, expertos en molinos,
miembros de la Universidad de Castilla-La Mancha y de las asociaciones locales,
profesionales en la materia, y los distintos grupos políticos, para solicitar que los molinos de Campo de
Criptana sean declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Propuesta
muy interesante que según el delegado "está meditada desde hace mucho
tiempo y que se basa en la historia del municipio y concretamente en los
molinos de viento y su relación con la obra de Cervantes", y además añadió
que "no tiene porque afectar a las arcas municipales ni al bolsillo de
nuestros vecinos, puesto que el mayor coste económico en la rehabilitación del
lugar está prácticamente realizada y pagada".
La Declaración de Patrimonio de la
Humanidad, que puede llevar años de trabajo hasta
lograrla, es el mayor sello de calidad turística existente a nivel mundial, por
lo que el delegado ha afirmado que "nuestros molinos y Campo de
Criptana merecen este esfuerzo para el orgullo y la prosperidad de las futuras
generaciones".
Hasta
aquí la noticia recogida, ahora comienzan las preguntas y las dudas, tratando
de hablar desde el respeto y desde el desconocimiento que una persona como yo
tiene sobre estos temas, pero que de lunes a domingo camina, lucha e intenta
trabajar junto a esos famosos molinos de Campo de Criptana.
Que
conste que tonto no soy (creo) y comprendo que esa declaración sería
beneficiosa para toda la población, concretamente para personas, como yo, que
actualmente intentamos “mal-vivir” del turismo. Sería de las primeras personas
en alegrarme de ese logro y aprovecho estas líneas para ofrecer mi humilde
aportación y mi ayuda para ello pero, ¿de verdad pensáis que un trozo de campo,
en mitad de la nada, que no respetan ni sus propios vecinos lo van a nombrar
patrimonio de algo?
Este
hermoso paraje al que día a día llega gente de decenas de países es uno de los
más emblemáticos del mundo, una maravilla para todas estas personas que llegan
hasta Campo de Criptana con la ilusión
de ver de cerca estos magníficos gigantes. Pero también es un basurero. Cuál es
su sorpresa cuando empiezan a encontrarse miles de chapas, cascos de cerveza
enteros y rotos, bolsas, latas……y los fines de semana de calor a esos coches
con el maletero abierto, la música a tope rodeados de chavales (y no tan
chavales) haciendo botellón.
Solamente
transmito lo que algunos visitantes han dicho alguna vez al ver esto:
- Oye, ¿es normal que estén así los molinos?
- Es una pena, está lleno de coches y la
gente en la puerta de los molinos, de esta forma es imposible hacer buenas
fotos
- ¿En serio permiten hacer aquí
botellón?
- Hemos encontrado muchos vidrios, mi
hijo casi se corta con ellos
- Los molinos son impresionantes pero,
es una pena como está el entorno.
- Alrededor del molino huele a pis, ¿no
hay baños públicos?
- Pasa un coche a toda velocidad, levantando
el polvo a su paso y pitando para que la gente se aparte, “esta gente está
loca, ¿cómo puede ir así por aquí?”
Y
podría seguir redactando todo tipo de comentarios efectuados por nuestros
visitantes pero, voy a dejarlo aquí.
Está
claro que no cuidamos a estos gigantes
ni a su entorno como se merecen, mucho tiene que cambiar las cosas y se debería
empezar desde ya.
Solamente
vienen a la sierra dos personas de lunes a viernes para limpiarla. Entre sus
labores, que tenga entendido, se incluye la limpieza de la sierra en general,
los molinos y las calles de alrededor. Está claro que no es suficiente, no
podemos pedirles a esas dos personas, que trabajan
en horario de mañana, que hagan milagros.
Desde
el viernes a las tres que se marchan hasta el lunes a las ocho de la mañana que
vuelven, ¿alguien podría calcular la basura que se acumula…..?
En
otras ocasiones he mostrado mi opinión
al respecto, creo que es de sobra conocida pero, volveré a decirla. Mucha
gente, durante años, hemos subido a la sierra a tomar un litro con una bolsa de
patatas, YO EL PRIMERO, y están muy ricos y fresquitos, esos ratos con los
amigos no los cambio por nada. Será que me estoy haciendo viejo, ahora no lo veo
tan bien. O quizá no lo vea bien porque daña la imagen de mi pueblo, de los
molinos que me ayudan a comer. Y ojo, que no estoy en contra de pasar un rato
con los amigos, ni de beber cerveza, ni del botellón, pero creo que todo esto
puede hacerse con responsabilidad y sobretodo, en otro sitio. Esa
responsabilidad es de quien bebe y de esa gente que pretende hacer de los
molinos patrimonio de la humanidad, que son los que deben empezar a poner
medios ya.
Solamente
he hablado sobre el tema de la limpieza y los botellones en la sierra, he
dejado para otro día (sí me dejan) comentar algo sobre la gestión del turismo y
sobre el estado de los molinos, ya veremos.
Por
cierto, ¿sabéis que en Campo de Criptana están los tres molinos más antiguos de
España, que datan del Siglo XVI? ¿Sabéis que además de esos molinos y del
dedicado a Sara Montiel hay otros seis que necesitarían algo más que una mano
de pintura? Y para acabar, ¿cuánta gente de Campo de Criptana sabe que la Oficina de Turismo está ubicada en el Centro
de Iniciativas Turísticas, que además alberga el Museo de Artesanos Eloy Teno?
Este dato es uno de los muchos que los visitantes desconocen cuando llegan y
cuando se van siguen sin saberlo ¿por qué? Porque nadie (o quien debe) no les
informa y por que la señalización es muy pobre en esta nuestra sierra.
Lo
siento, siento haberme extendido tanto y también siento mucho sí he ofendido a alguien, no era mi intención.
Todos
debemos trabajar mucho y en una misma dirección.
Hasta
pronto.